Peter Zumthor. Atmósfera.
La atmósfera de un edificio, es el conjunto de elementos que te crean un sentimiento por el lugar en el que te encuentras. Así plantea la idea el autor, como un lugar que te transmita esa sensación y el gran placer del arquitecto por llegar a conseguirlo.
Todo el texto gira entorno a la calidad arquitectónica y como podemos llegar a conseguirla, mediante los pasos que da el autor y sus elementos a tener en cuenta. Una calidad enfocada a los sentimientos que nos provoca, ya sean positivos o negativos. Como Peter Zumthor nombra, » `[…] la arquitectura solo puede tratarse de que un edificio me conmueva o no», y a mi parecer está en lo cierto.
No podemos hablar de arquitectura sin que una construcción consiga conmover a alguien, sin que consiga despertar algún sentimiento en una persona. Pues arquitectura es eso, la construcción de un conjunto de elementos para la sociedad que al unirse en una armonía, en una atmósfera, consigan hacer frenar a quien pasa por su lado o hacer volver a quien entró en su interior. La arquitectura es para el gozo y disfrute de la sociedad, siempre que esta quiera apreciarla.
Respecto a lo último, tengo que nombrar la referencia que ha hecho el autor a Platón: «Beauty is the eye of the beholder», tan cierta y aplicable a la gran mayoría de aspectos de la vida. Un arquitecto puede crear esa atmósfera idílica que cuente con los elementos idóneos para el lugar, pero se aleja de su control la percepción que va a tener de ella cada persona. Es incontrolable los gustos, conocimientos o criterios de cada individuo, «todo está solamente dentro de mí» dice el autor, todo está solamente dentro de cada uno, y creamos nuestras propias atmósferas aún sin ser conscientes de ello. La referencia del autor al primer movimiento de la sonata de viola de Brahms: «ya está ahí, y no sé bien por qué», creamos estas atmósferas intuitivamente, y a mi parecer, eso es lo mágico.
Hago referencia al apartado donde explica su espacio, la atmósfera en la que se encuentra y cómo sin darnos cuenta se crean estos momentos. Bien dice, que si a esa atmósfera le quitas el espacio, todo cambia por completo. Una sensación creada por un espacio no se consigue sin ese espacio y cambia por completo al encontrarte en otro. Esto se debe a lo que Peter Zumthor nombra como «un intercambio entre las personas y las cosas», la belleza es tan relativa que cambia constantemente, pero la relación o conexión de una persona con los elementos es tan importante, que puede durar una infinitud.
Un ejemplo de ello es el recuerdo de un lugar querido, un lugar que extrañamos porque no podemos ir desde hace un tiempo, a lo que los gallegos llaman MORRIÑA. Esa conexión con el lugar es «la magia de lo real» de la que habla el autor. Una conexión que pese al paso del tiempo sigue existiendo por la atmósfera que creaste y sigues anhelando.
Un arquitecto tiene la difícil dedicación de crear unas atmósferas arquitectónicas que despierten ese sentimiento a las personas, que como dice el autor «tiene esa cualidad de tocarnos al cabo de un segundo». El arquitecto ha de encontrar su modo de creación de la atmósfera, diferente y especial al resto, puesto que cada quien piensa, trabaja y actúa con sus propios medios, gustos y percepciones.
No obstante voy a reflexionar sobre los que se nombran en el texto.
El cuerpo de la arquitectura, la estructura. Para el autor «[…] se trata de algo así como una anatomía.[…] como una anatomía. […] como nuestro cuerpo, […] una piel».
Para mi el cuerpo de la arquitectura, es la forma que se le quiere dar al edifico, decidir la posición y movimiento que va a tener. No se aleja de la idea del autor, puesto que también tomo la idea literal de cuerpo arquitectónico como si se tratase del cuerpo humano al que has de vestir y dar un estilo.
La estructura del edifico no solo tiene la función principal de sujetar las cargas que se le aplican, si no también se puede jugar con ella para conseguir que el propio edifico tenga vida. Todo comienza por este elemento, todo comienza en el cuerpo de la arquitectura
La consonancia de los materiales, la determinación de los mismos y el modo en el que se acoplan a la arquitectura será la primera capa del ropaje del edificio, le dará el color y la textura inicial.
En el texto nos hablan de las distintas formas de tratar con los materiales y como estos reaccionan entre sí o en conjunto a la luz. «Un mismo material tiene miles de posibilidades.», «Se pueden combinar materiales en un edificio, y llega un punto en el que se distancian demasiado unos de otros, no vibran conjuntamente, y , as tarde, otro punto donde están demasiado próximos, y luego están como muertos»
En tercer lugar Pete Zumthor nos habla del sonido, «Todo espacio funciona como un gran instrumento». Del mismo modo que funciona una orquesta musical funciona un edificio. En una orquesta todos los músicos van al unísono, pese que tengan distintas armonías, compases y ritmos, en un edificio pasa similar, todos los elementos en conjunto tienen que entrelazarse pese a las distintas características que tengan. Hay que tener el cuenta el espacio que queremos crear y como queremos que sea su sonido, tanto en el interior como en el exterior.
«Encuentro hermoso construir un edificio e imaginarlo en su silencio», estoy de acuerdo con el autor y pienso que es de los momentos más ilusionantes que he vivido en relación a la arquitectura hasta el momento, imaginar un diseño en su silencio y apreciar con fuerzas todo lo que lo forma. Nunca pensé que el imaginarme un diseño pudiera ser algo tan bonito, cerrar los ojos y ver cada rincón construido, apreciar sus colores, temperatura e incluso olores, imaginarte el sonido y la vida que puede correr por ese lugar. En ese instante se te eriza la piel.
La temperatura del espacio es un elemento que puede pasar desapercibido en la percepción de la atmósfera, pero es un elemento importante para su creación. El autor incide en su importancia hasta el punto de crear una nueva palabra ‘temperar, «‘temperar’, buscar la afinación adecuada».
La percepción física de un lugar cambia mucho en función de su temperatura. Mucho calor puede darte agobio, sofoco e incluso cansancio y al contrario, mucho frío puede darte inquietud y mal estar. La temperatura ha de estar medida y controlada para crear una buena atmósfera.
En el siguiente termino se habla de las cosas a mi alrededor. El edificio se viste con los materiales, pero son los elementos posteriores a la construcción, los complementos añadidos, los que cambian por completo la vista de su interior.
Parece un elemento más la decoración de un espacio, parece que esté en un segundo plano la forma en la que ordenamos un lugar pero es ahí donde nace la vida del interior. Cada detalle cuenta en la arquitectura y los elementos que ponemos en ella pueden hacerla brillar más, es una forma de plasmar nuestra identidad al entorno.
El autor habla de «Esas cosas con una increíble cantidad de detalles bellos […] sientes la presencia», como he dicho, es ahí en los detalles que añadimos cada persona donde plasmamos nuestro estilo y gusto, una forma de expresión tanto indirecta como directa.
«Un sentido de hogar». ¿Qué sería una casa sin sus recuerdos plasmados en cuadros, libros u objetos? Toda una vida gira alrededor de una casa, comienza en la de tu infancia y posiblemente termine en otra distinta, pero cada una marcará la esencia del momento en el que vives en ella. Puedes conocer como es una persona fijándote en los detalles de su casa, si tiene cómics o libros, si mezcla texturas o es parcialmente liso, si guarda fotos en álbumes o la propia casa sea un álbum… múltiples factores pueden chivarte el ser de una persona.
El sosiego y la seducción, el sentido que le queremos dar a las cosas. «Los pasillos de un hospital conducen a la gente, pero también pueden seducirla dejándola libre», el enfoque de la vida es propio de cada uno, pero un arquitecto puede facilitar a las personas que este enfoque se encamine a lo positivo en vez de a lo negativo, un trabajo que indirectamente incida de forma muy importante, no solo en la salud física, si no en especial en la salud mental.
«Puede ser que esté bien firme ahí, pero entonces algo me induce a ir hasta la esquina». Igual que las grandes empresas por medio de la publicidad pueden encaminarte a la compra de sus productos, ¿un arquitecto podría mediante el juego de espacios encaminarte hasta el punto que prefiriera? Yo creo que sí, de echo pienso que en más de un edificio se da este echo, no se si a consciencia o no, pero se da en más de un caso.
Te pongo un ejemplo de este juego de espacios… Tienes la opción de dos habitaciones: una habitación es oscura y resulta muy costoso ver, y la otra tiene un gran ventanal en la pared en el que puedes ver toda la gran ciudad, que además está atardeciendo y mezcla colores anaranjados y rosados. ¿No te sentirías atraído por una de ellas?
La luz sobre las cosas. Si antes hablaba sobre la vestimenta de un edifico, este elemento es el perfume del edificio. Es un elemento que aparece y desaparece, que mediante el paso del día cambia y no todos los días es el mismo. Es un brillo extra que no se aprecia pero está de una forma que cambia toda la atmósfera por completo. «[…] resplandecía surgiendo de la oscuridad».
La tensión entre interior y exterior es un modo de causar intriga y curiosidad a las personas que se encuentren a su alrededor, «Y la fachada también dice: pero no os enseño todo». Con una fachada el edifico puede insinuarse, apartarse o incluso tener una cercanía con las personas, y esto también tiene que ver con los grados de intimidad de un edifico.
El arquitecto decide si su edificio juegue con su entorno o tenga una actitud desplazada, «se debe tener en cuenta esa distancia o cercanía entre yo y lo construido».
Tomar la arquitectura como entorno, hacer arquitectura pensando en para quien va destinada, en como se le va a dar uso, en las comodidades del edifico. «Hacer un edifico que se convierta en parte de su entorno». Si este concepto lo planteamos bien, podemos conseguir que nuestro edificio marque huella a alguna persona, que pese a que no sepan quien es el arquitecto, sea un elemento muy importante para sus vidas. «Amo la arquitectura, amo el entrono construido y creo que lo amo cuando la gente también lo ama».
La arquitectura es lenta, trabajada y delicada en su diseño, se compone de múltiples elementos importantes de entrelazar para conseguir una atmósfera, esa atmósfera que pueda alegrarle las mañanas a una persona o que quede implantada en la memoria de quien pudo apreciarla.