Alberto Campo Baeza. Quiero ser arquitecto.
Quiero ser arquitecta, estoy en ello, en proceso y con entusiasmo.
A la lectura del libro me he dado cuenta de algunos aspectos que aunque sabía, no me había parado todavía a reflexionarlos. Empezaré por el principio…
En la primera parte del texto habla de consejos ante cómo nos debemos tomar la carrera y nos advierte del esfuerzo necesario para realizarla. Pues bien, ahora ya que he iniciado la carrera, que estoy a finales del primer cuatrimestre de estos cinco años de Arquitectura, puedo ver en mi propia piel lo que tanto me advertían del trabajo y esfuerzo que supone esta carrera.
Siempre me decían: «Si te metes a arquitectura no dormirás», «es mucho más dura de lo que te piensas», e incluso una vez me dijeron «si después de todo lo que te he contado de la carrera de arquitectura sigues queriéndote meter, es porque realmente te gusta». Si digo la verdad solo me quedé con esa última frase, al resto de comentarios no les hacia mucho más caso que oírlos.
Ahora, como ya he dicho, ya he conocido el simulacro de lo que me viene en estos años. Me faltan horas en el día, he calculado y cuento como unas cinco horas más y una extra por si acaso.
Siento que desde el jueves pasado no ha habido momento que no tuviera entre manos algo relacionado con la carrera, hasta durmiendo, he soñado con alguna idea que poner para la entrega o que reflexión hacer para el blog. No he parado, pero tampoco quiero hacerlo.
El otro día hablando con mi madre me dijo: «Trabajas mucho, pero estoy feliz porque te veo disfrutar», y es así, parece un hobbie y no una obligación. De nuevo nombro a mi madre cuando me dijo: «Haz aquello que harías si no recibieras nada a cambio», en aquel momento en primero de bachillerato cuando no había encontrado todavía mi atracción por la arquitectura, no encontraba el que podría ser aquello que disfrutaría tanto como para hacerlo sin recibir nada a cambio. Ahora lo sé, y cada día que paso en la universidad, cada día que avanzo un trabajo o por supuesto, cada vez que veo un trabajo terminado, me reafirmo que esto es para lo que he venido, que esta es mi verdadera pasión.
En relación con el texto, voy a mandar un mensaje a la Duna de antes de comenzar la carrera, una advertencia como en el texto:
Te va a costar, te va a costar mucho esfuerzo, horas y dedicación, pero te aseguro que cada instante trabajado lo vas a disfrutar, lo vas a valorar y luchar como nunca y vas a intentar sacar lo mejor de ti en cada apartado de las entregas que realices.
Lo único que puedo decirte es que DISFRUTES, aunque se que lo estás haciendo.
Me he puesto un poco intensa, pero creo que esta reflexión va a ser así, es lo que me ha transmitido este libro.
El libro avanza hasta llegar a la explicación de qué es ser arquitecto, que me ha resultado un tanto conocida. Sí, un arquitecto son todas esas cosas que nombra: artista, técnico, creador, pensador, constructor, soñador… Ya hablamos con Pasquale de ello y la verdad que hasta esa clase no me había planteado que un arquitecto fuera todo eso, me dio un poco de miedo pensar que si yo quiero ser arquitecta debo de ser todas esas cosas. ¿Cómo voy a hacerlo? ¿Aprenderé a hacer todo eso?
Poco a poco me voy respondiendo a estas preguntas, y es que inconscientemente la arquitectura te va llevando a todos estos puntos. No sabía dibujar y me encontré con dos asignaturas dedicadas por y para el dibujo, no creía poder diseñar un edifico desde cero y una de las asignaturas me obligó a ello -al menos la idea del diseño-, pensaba no llegar a comprender toda la técnica necesaria y una asignatura me ha dado la iniciación a lo que será el aprendizaje de todo ello, no imaginaba saber reflexionar, explicar y plasmar mis ideas sobre arquitectura y otra vez más una asignatura me lo ha conducido, incluso no pensaba estar en contacto físico con la arquitectura y su entorno de manera lectiva hasta pasados algunos años y este cuatrimestre ya hemos realizado una práctica al exterior. Me he dado cuenta que poco a poco van a llegar las cosas y ahora comprendo el «por qué» de tantos mundos que abarca la arquitectura.
Poco a poco voy aprendiendo a admirar y analizar la arquitectura de formas distintas a las que hasta ahora hubiera pensado.
En cuanto al apartado de la escuela que se menciona en le libro, sí veo importante la escuela en la que formarte. Es verdad que dependiendo la carrera da un poco igual este tema, pero siendo arquitectura una carrera tan práctica y que te debe abrir la percepción de las cosas a un abanico más amplio, creo que las escuelas más idóneas son las que te potencien al máximo la creatividad y el conocimiento aplicado. En concreto, estoy muy contenta con mi universidad, con la Universidad Politécnica de Valencia, porque creo que es una de las universidades que cumplen con este requisito.
Seguimos con el texto hasta el apartado de ANTES de empezar, qué se puede ir haciendo. Igual si hubiera leído este libro antes de empezar la carrera hubiera actuado de otra forma, aunque no muy distinta a la que inconscientemente hice.
Como ya ha nombrado en el Quien soy, la arquitectura llegó sin esperarlo y me cautivó tanto que tuve que buscar toda la información que pude. Más buscaba, más me gustaba.
Durante el verano leí libros viejos de mi abuelo relacionados con la arquitectura que tenía guardado, que hasta este momento desconocía. También viajé y fotografiaba cada elemento, estructura, edifico y obra que me llamaba la atención, «Voy a hacerle foto a esto por si acaso alguna vez me sirve, que me encanta» me decía cuando me llamaba algo la atención. Me vi innumerables videos de YouTube de distintas personas que contaban su experiencia con la carrera, que explicaban como eran sus vidas haciendo arquitectura, que hablaban sobre sus proyectos y asignaturas. etc. Incluso acabe buscando películas donde el protagonista o algún personaje fuera arquitecto.
De lo que más me acuerdo en relación a todo esto, y lo que me marcó para saber que necesitaba hacer esta carrera fue mi primera idea loca con un diseño de un edificio. Te cuento la historia…Andando por las calles de Alcañiz me di cuenta que habían derribado una casa del casco antiguo, en ese momento estaba leyendo un libro de esas calles y me choco ese vacío. A los días me apareció en Pinterest una imagen de una vidriera que se terminaba en piedra, así que eso me inspiró a diseñar un espacio que llenara ese hueco que unos días antes había visto. Cada vez que dibujaba las ideas que se me venían, me imaginaba con más fuerza cada de talle del edificio, hasta que me di cuenta que ya había pensado en cada rincón del lugar. Cuando cerré los ojos y me imagine ese espacio, vi mi edificio construido con sus colores, con su tamaño, con los ruidos de la gente que se encontraba en él, hasta note un poco más de frío. Me imaginé tanto que se me erizó la piel y me emocioné. Una idea loca, que espero algún día hacer real para el resto (porque para mí ya lo es).
Cada uno tendrá una idea sobre lo que es la arquitectura y sobre la función de un arquitecto, pero yo cada vez la tengo más clara y voy a luchar para convertirme en una. QUIERO SER ARQUITECTA.